EL COFRADE EN EXTINCIÓN

Desde la manigueta se ve toda la cofradía y aquí, asido a ella, uno reflexiona sobre las cosas que pasan en nuestras hermandades.

Cuando Antonio Machín era Manuel Mateo, Enrique Casellas ya era pregonero. Y en uno de sus pregones anuales en forma de sevillanas le oí decir: “La vida te pone en sitios, Pastora, que nosotros no elegimos”.

Esa frase, que no se me ha olvidado desde aquel día de mayo en Capuchinos, me permite perfectamente definir al cofrade que hoy quiero ensalzar, aquel que la vida, o la Pastora, o como se llame su Virgen, lo ha puesto en ese sitio, normalmente de privilegio por el cargo -que no por la carga-, que él no eligió.

Hay cofrades trabajadores, incansables, que entienden la Hermandad como un servicio, como una manera de darse a los demás y como una responsabilidad compartida con los otros cientos o miles de hermanos de nómina. No destacan, suelen ser callados, si hablan lo hacen con propiedad, siempre están, pero nunca los notas. Siempre una sonrisa, para todos; siempre un buen gesto, todos los días; siempre pendiente, de todo; sabe, pero no presume; aprende, enseña, pero no vacila.

Un día llega el DMG y le dice: “Hemos pensado en ti para que salgas de Fiscal de Paso”. Un día le llega el que se presenta a HM y le dice: “He pensado en ti para que vengas de Mayordomo conmigo”. Un día llegan 5 amigos y le dicen: “Tenemos que presentarnos y hemos pensado que tú eres el mejor de nosotros, debes ir de HM”. Un día le dan un cuadro. Un día… él nunca pidió nada, solo trabaja por su hermandad.

A ti, cofrade que la vida o tu Virgen te han puesto en ese sitio que crees que no mereces pero que demuestras a diario que además de merecerlo lo dignificas. A ti, cofrade con mayúsculas, a ti quiero hoy que vayan dedicados los pensamientos de todos los que nos lean. A ti, que eres ejemplo. A ti, si, a ti. Mis más sincera admiración y mi más sentido homenaje, porque desafortunadamente eres una especie en extinción.

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